Don Quijote, Segunda Parte: Capítulo LXXIII
El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha: De los agüeros que tuvo don Quijote al entrar de su aldea, con otros sucesos que adornan y acreditan esta grande historia de Miguel de Cervantes Saavedra A LA ENTRADA del cual, según dice Cide Hamete, vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos mochachos, y el uno dijo al otro: -No te canses Periquillo, que no la has de ver en todos los días de tu vida. Oyólo don Quijote, y dijo a Sancho: -¿No adviertes, amigo, lo que aquel mochacho ha dicho: «no la has de ver en todos los días de tu vida»? -Pues bien, ¿qué importa -respondió Sancho- que haya dicho eso el mochacho? -¿Qué? -replicó don Quijote-. ¿No vees tú que, aplicando aquella palabra a mi intención, quiere significar que no tengo de ver más a Dulcinea? Queríale responder Sancho, cuando se lo estorbó ver que por aquella campaña venía huyendo una liebre, seguida de muchos galgos y cazadores, la cual, temerosa, se vino a recoger y a agazapar...
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