VII. La rebelión del último Pizarro
Grabado del siglo XIX de Hernando Pizarro en la isla de Puná (Ecuador) durante la lucha contra los indios. EN Cuzco, el gobernador se enteró de que Gonzalo Pizarro había llegado a Lima donde se mostraba muy descontento del estado de cosas del Perú. Se quejaba públicamente de que el gobierno del país, después de la muerte de su hermano Francisco, no le hubiera sido entregado y, según decían algunos, acariciaba el proyecto de apoderarse de él. Vaca de Castro sabía muy bien que no le faltarían malos consejeros para animarle a esta empresa descabellada y, en su deseo de apagar la chispa de la insurrección antes de que cogiera incremento atizada por aquellos espíritus turbulentos, envió un fuerte destacamento a Lima, para tener esta capital bajo su poder. Al mismo tiempo ordenó a Gonzalo Pizarro que se presentase en Cuzco. Gonzalo no consideró prudente desobedecer y entró en la capital de los Incas al frente de un cuerpo de jinetes bien armados. Fue admitido...
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