Vida del pícaro Guzmán de Alfarache: 29
none 29 Pág. 29 de 34 Vida del pícaro Guzmán de Alfarache none Yo se lo agradecí, según le había menester a tal tiempo, rindiéndole las palabras que me parecieron bastar por suficiente paga, que a buenas obras pagan buenas palabras, cuando no hay otra moneda y el deudor está necesitado. Con esto, aunque mal jinete de albarda, me pareció aquello silla de manos, litera o carroza de cuatro caballos; porque el socorro en la necesidad, aunque sea poco, ayuda mucho, y una niñería suple infinito. Es como pequeña piedra que, arrojada en agua clara, hace cercos muchos y grandes, y entonces es más de estimar, cuando viene a buena ocasión; aunque siempre llega bien y no tarda si viene. Vi el cielo abierto. Él me pareció un ángel: tal se me representó su cara como la del deseado médico al enfermo. Digo deseado, porque, como habrás oído decir, tiene tres caras el médico: de hombre, cuando lo vemos y no lo habemos menester; de ángel, cuando dél tienen...
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