Los condenados: 38
Los condenados de Benito Pérez Galdós Escena V GINÉS, SANTAMONA. SANTAMONA.- (Va hacia la enfermería y retrocede.) (Algo trama este pillo... Me lo da el corazón.) GINÉS.- Señora Mona... SANTAMONA.- No me hables a mí, mequetrefe. No quiero denunciarte; no nació mi boca para acusar a nadie. ¡Pero si supieran las Madres tus aventuras!... ¡dónde estabas cuando viniste aquí escapando en el caballo de aquel santo varón! GINÉS.- ¿Va su merced a salir ahora con el cuento de que yo era compañero y amigo de...? SANTAMONA.- Ya te he dicho que aborrezco la delación. GINÉS.- ¡La quiero a usted más! (Besándole la basquiña.) SANTAMONA.- Quita, quita... En conciencia, debo advertirte, Ginés, que como te traigas aquí algún enredo, no te escapas de ir a la cárcel. GINÉS.- ¡Enredos yo! ¡Por la túnica de Santa Orosia!... ¡Qué santa esta más salada! SANTAMONA.- ¡Verás tú, pillo!... (Entra en la enfermería.) Los condenados de Benito...
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