La vuelta al mundo en 80 días: Capítulo XXIII

21/12/2010 3.276 Palabras

La vuelta al mundo en 80 días Capítulo XXIII de Julio Verne Al día siguiente, Picaporte, derrengado y hambriento, dijo para sí que era necesario comer a toda costa, y que lo más pronto sería mejor. Bien tenía el recurso de vender el reloj, pero antes hubiera muerto de hambre. Entonces o nunca, era ocasión para aquel buen muchacho de utilizar la voz fuerte, si no melodiosa, de que le había dotado la naturaleza. Sabía algunas copias de Francia y de Inglaterra, y resolvió ensayarlas. Los japoneses debían, seguramente, ser aficionados a la música, puesto que todo se hace entre ellos a son de timbales, tamtams y tambores, no pudiendo menos de apreciar, por consiguiente, el talento de un cantor europeo. Pero era, quizá, temprano, para organizar un concierto, y los difetanti, súbitamente despertados, no hubieran quizá pagado al cantante en moneda con la efigie del mikado. Picaporte se decidió, en su consecuencia, a esperar algunas horas; pero mientras iba caminando,...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info