La lucha por la vida II: 110
none Pág. 110 de 121 La lucha por la vida II Tercera parte Pío Baroja Siguieron adelante. Pululaban por los pasillos hombres que iban y venían de prisa; otros, quietos, esperaban. Eran éstos obreros desharrapados, mujeres vestidas de negro, viejas tristes con el estigma de la miseria, gente toda asustada, tímida y humilde. Los que iban y venían llevando carpetas y papeles bajo el brazo, todos o casi todos tenían un continente altivo y orgulloso; era el juez que pasaba con su birrete y su levita negra, mirando con indiferencia a través de sus gafas; era el escribano, menos grave, más jovial, que llamaba a uno y le hablaba al oído, entraba en la escribanía, dictaba, firmaba y volvía a salir; era el abogado joven que preguntaba por la marcha de sus pleitos; era el procurador, los curiales, los escribientes, los pinches. Y empujando al rebaño de humildes y de miserables hacia el matadero de la justicia aparecían el usurero, el polizonte, la corredora de...
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