La lucha por la vida II: 107
none Pág. 107 de 121 La lucha por la vida II Tercera parte Pío Baroja -¿No tuvieron ustedes tiempo de ir en su socorro? -No, señor. A poco de asomarnos al balcón cayó Vidal al suelo y el otro se metió en el río y se fue. -Está bien; ¿qué pasó después? -El Cojo y yo nos descolgamos por el barandado, salimos al río y nos acercamos a la isla. El Cojo le cogió la mano a Vidal y dijo: «Está muerto». Luego volvimos los dos al merendero y nos fuimos. El juez se volvió al escribiente. -Luego le leerá usted la declaración y que la firme. Llamó al timbre y apareció el guardia. -Que siga en el calabozo. Manuel salió del despacho erguido. Le hablan llegado al alma algunas de las frases del juez, pero estaba satisfecho de su declaración; no le habían llegado a embrollar. Entró de nuevo en el calabozo y se tendió en el banco. «El juez quiere hacerme cómplice del crimen. O ese juez es muy bruto o muy malo. En fin, esperemos.» Al mediodía abrieron la...
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