La lucha por la vida II: 103
none Pág. 103 de 121 La lucha por la vida II Tercera parte Pío Baroja -Tomaremos un tranvía -dijo uno de los polizontes. Entraron; venían atestados de gente y fueron los tres en la plataforma. Al llegar a la plaza de Santa Bárbara bajaron, y, cruzando dos o tres calles, aparecieron frente a las Salesas; de aquí torcieron una esquina, se metieron en un portal, atravesaron un pasillo largo, y al final de éste hicieron entrar a Manuel en un calabozo y cerraron por fuera. Dicen que la soledad y el silencio son como el padre. y la madre de los pensamientos profundos. Manuel, en medio de la soledad y el silencio, no encontró la idea más insignificante en su caletre. Por no encontrar, no encontró ni siquiera en el mundo de los fenómenos un sitio en donde sentarse, lo cual no tenía nada de extraño, porque no había ni una mala silla ni una mala banqueta en el calabozo. Se sentía abatido y cansado, y se dejó caer en el suelo. Así permaneció algunas horas; de...
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