La lucha por la vida II: 047
none Pág. 047 de 121 La lucha por la vida II Segunda parte Pío Baroja Jesús se entretenía en embromar al judío, remedándole en su manera de hablar. Habían vivido los dos algunos meses en la misma casa. Yaco (Jacob era su nombre), con su familia, y Jesús, con sus dos hermanas. Le entusiasmaba a Jesús sacar a Jacob de sus casillas y oírle decir maldiciones pintorescas en su lengua melosa y suave, arrastrando las eses. Según decía Jesús, en casa de Jacob hablaban su mujer, su suegro y él en la más extraña jerigonza que imaginarse puede; una mezcla de árabe y castellano arcaico que sonaba a algo muy raro. -¿Te acuerdas, Yaco -le decía Jesús remedándole-,cuando llevaste a Mesoda, a tu mujer, aquel canario? Y te preguntaba ella: «¡Ah, Yaco!, ¿qué es ese pasharo que tiene las plumas amarías». Y tú le contestabas: «¡Ah Mesoda! Este pasharo es un canario y te lo traigo para tzá. Jacob, al ver que todo el mundo se reía, lanzaba una mirada terrible...
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