La lucha por la vida II: 038
none Pág. 038 de 121 La lucha por la vida II Primera parte Pío Baroja Ella, que padecía el último brote de romanticismo de la juventud de la vejez, se desesperó, escribió cartas al galán, pero él siguió sintiéndose anglosajón, ario y acordándose de lord Bacon. Mientras tanto, don Sergio, al ver que su carta no producía efecto, volvió a la carga y se presentó en la casa. -Pero ¿qué le pasa a usted, Paquita? -dijo, al ver a la baronesa desmejorada. -Creo que tengo el trancazo, según siento de pesada la cabeza. Estoy con dolores en todo el cuerpo. Me tiene usted completamente abandonada. En fin, Dios sobre todo. Don Sergio dejó pasar la hojarasca de palabras y lamentaciones con que la baronesa trataba de sincerarse, y dijo: -Este sistema de vida no puede seguir. Hay que tener método, hay que tener régimen; así no puede ser. -Eso mismo estaba pensando yo -replicó la baronesa-. Sí, lo comprendo; a mí no me corresponde esa vida. Volveré a tomar otra...
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