La de Bringas: 18
XVIII(La de Bringas) de Benito Pérez Galdós ¡Y que no venía poco apremiante el tal!... ¡Vaya un apunte! Para el día 14 sin falta necesitaba eso. Pero sin que pudiera retrasarse ni un día, ni una hora, porque su honor estaba comprometido en casa de Mompous, y en caso de que Rosalía no pudiera cumplir, se vería precisado a pedir el dinero a don Francisco. -Por Dios..., no diga usted tal disparate. ¡Jesús!... Usted se ha vuelto loco -tartamudeó la de Bringas con temblor y sobresalto. Volvió a echar sus cuentas por centésima vez. Ni aun vendiendo cosas que no deseaba vender, podría reunir la suma. La prendera le había traído algunas cantidades; pero parte de ellas las había gastado mi buena señora en comprar cuatro fruslerías para componer a sus niños. Si Milagros le hubiera devuelto aquellos seiscientos reales que le anticipó para pagar al joyero...! Pues sí, era preciso que se los devolviera. Se los pediría terminantemente. Si por arte del Demonio, o más...
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