La Cartuja de Parma: IX

15/10/2012 3.910 Palabras

La Cartuja de Parma: IX de Stendhal El alma de Fabricio estaba exaltada por el discurso del anciano, por la atención profunda y por el extremado cansancio. Mucho trabajo le costó dormirse y tuvo un sueño agitado, heno de visiones, presagios acaso del porvenir. Hacia las diez de la mañana despertáronle unas formidables sacudidas que hacían temblar el campanario y un ruido tremendo que parecía venir de fuera. Levantóse asustado y creyó llegado el fin del mundo; luego pensó que se hallaba encerrado; fue recobrando el sentido, y al cabo de algún tiempo conoció el sonido de la campana mayor, que cuarenta aldeanos ponían en movimiento, en honor del gran San Giovita; con diez hombres hubiera bastado. Fabricio buscó un buen sitio para ver, sin ser visto; advirtió que desde tan grande altura, su mirada penetraba en los jardines y hasta en el patio interior del castillo de su padre. Lo había olvidado, y la idea de ese padre, que tocaba al término de la vida, cambiaba todos...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info