El laberinto del amor: 061
Jornada II 061 Pág. 061 de 107 El laberinto del amor Jornada II Miguel de Cervantes JULIA La desdichada prosiguió en voz doliente su historia, en desvaríos comenzada, 745 y dijo: «Vi a Manfredo, vile, y quedé cual declarar no puedo: que en un instante pudo y quiso amor, con mano poderosa, de pïedad desnudo, 750 la imagen de Manfredo generosa grabar así en mi alma, que della luego le entregué la palma. Volvíme a mi aposento, llevando en la memoria y en el seno, 755 con gusto y descontento, la mirada belleza y el veneno de amor que me abrasaba y la virtud honrosa refriaba. Hice discursos varios, 760 fundé esperanzas en el aire vano, atropellé contrarios, dile al Amor renombre de tirano y de señor piadoso, y al cabo el entregarme fue forzoso. 765 Dejé mi padre, ¡ay cielos!; dejé mi libertad, dejé mi honra, y, en su lugar, recelos y...
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