El final de Norma: Segunda parte: Capítulo XI
El final de Norma Capítulo XI: Esto es hecho de Pedro Antonio de Alarcón Cuando Serafín apareció sobre cubierta, la tempestad bramaba más que nunca. Nuestro joven no pudo menos de estremecerse al ver el horrible cuadro que presentaba el bergantín. No obstante su sólida construcción y su casco estrecho y prolongado, muy a propósito para luchar con las tormentas, había padecido extraordinariamente, y veíanse por todas partes pedazos de la destrozada arboladura, marineros heridos en las maniobras, otros que con el hacha y el martillo remediaban las averías más considerables, y, en medio de este conjunto desolador, a Rurico de Cálix multiplicándose para acudir a todos lados, previéndolo todo, dominándolo todo, como un Titán, como un Genio. Gustavo estaba al lado del timón. Serafín, poseído de indecible angustia, pues no veía en el naufragio otra cosa que la muerte de la Hija del Cielo, llegose resueltamente al anciano y le preguntó en francés: -¿Hay...
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