El condenado: 2
El condenado por desconfiado Jornada II de Tirso de Molina Sala en casa de ANARETO. Una puerta de alcoba en el fondo, con las cortinas echadas. ENRICO ¡Valgate el diablo el juego! ¡Qué mal que me has tratado! GALVÁN Siempre eres desdichado ENRICO Fuego en las manos, fuego: ¿Estáis descomulgadas? GALVÁN Echáronte a perder suertes trocadas. ENRICO Derechas no las gano; si las trueco, tampoco. GALVÁN Él es un juego loco. ENRICO Esta derecha mano me tiene destruido; noventa y nueve escudos he perdido. GALVÁN ¿Pues para qué estás triste, que nada te costaron? ENRICO ¡Qué poco que duraron! ¿Viste tal cosa? ¿Viste multitud de suertes? GALVÁN Con esa pesadumbre te diviertes y no cuidas de nada, ...
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