El Anticristo:23
XXIII El budismo, como queda dicho, es cien veces más frío, verdadero y objetivo. A él ya no le hace falta rehabilitar ante sí mismo su sufrimiento, su sensibilidad al dolor, por la interpretación del pecado; sólo dice lo que piensa: “yo sufro”. Para el bárbaro, en cambio, el sufrimiento en sí no es decente; le hace falta una interpretación para admitir ante sí mismo que sufre (su instinto lo lleva más bien a negar el sufrimiento, a sufrir con mansa resignación). Para él, la noción del “diablo” era un verdadero alivio; tenía un enemigo poderosísimo y terrible; no era una vergüenza sufrir de enemigo semejante. Entraña el cristianismo algunas sutilezas propias de Oriente. Sabe, ante todo, que en el fondo da igual que tal cosa sea cierta, dado que lo importante es que se crea. La verdad y la creencia en la verdad de tal cosa son dos mundos de intereses diferentes, poco menos que dos mundos antagónicos; se llega a ellos por caminos radicalmente distintos. Saber...
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