El Anticristo:06
VI ¡Espectáculo doloroso, pavoroso, el que se me ha revelado! Descorrí el velo de la corrupción del hombre. Esta palabra, en mis labios, está por lo menos al abrigo de una sospecha: la de que comporte una acusación moral contra el hombre. Está entendida -insisto en este tema-carente de moralina; y esto hasta el punto que para mí esta corrupción se hace más patente precisamente allí donde en forma más consciente se ha aspirado a la “virtud” a la “divinidad”. Como se ve, yo entiendo la corrupción como decadencia; sostengo que todos los valores en los que la humanidad sintetiza ahora su aspiración suprema son valores de la decadencia. Se me antoja corrupto el animal, la especie, el individuo que pierde sus instintos; que elige, prefiere, lo que no le conviene. La historia de los “sentimientos sublimes”, de los “ideales de la humanidad” -y es posible que yo tenga que contarla- sería, casi, también la explicación del porqué de la corrupción del hombre....
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