David Copperfield - Primera Parte - Capítulo VIII

22/12/2010 6.808 Palabras

David Copperfield Primera Parte: Capítulo VIII de Charles Dickens Al amanecer llegamos a la fonda en que el coche paraba (no era la misma en que había almorzado a la ida y donde vivía mi amigo el camarero), y allí me condujeron a una alcoba muy limpia, en cuya puerta se leía: «Dolphin». Tenía mucho frío, a pesar del té caliente que acababan de darme ante la chimenea, y muy contento me acosté en la cama de dolphin, me arrebujé en las sábanas y me quedé dormido. Míster Barkis, el cochero de Bloonderstone, debía venir a recogerme a las nueve de la mañana siguiente. Me levanté a las ocho algo cansado por haber dormido poco, y antes de la hora ya le estaba esperando. Barkis me recibió exactamente como si acabara de verme cinco minutos antes y sólo nos hubiéramos separado para entrar yo al hotel a cambiar un billete. Tan pronto como estuvimos instalados en el carro mi maleta y yo, el caballo echó a andar, a su paso de siempre. -Tiene usted buen aspecto, míster...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info