Capítulo 27: ¡Doblones!.
La isla del tesoro Capítulo 27: ¡Doblones!. de Robert Louis Stevenson Como el barco estaba tan escorado, los mástiles sobresalían sobre las aguas, y a la altura que yo estaba, en la cruceta, veía bajo mis pies la superficie de la bahía. Hands, que no había alcanzado esa altura, cayó cerca del casco, casi junto a la borda. Vi su cuerpo emerger entre remolinos de espuma sanguinolenta y volver a hundirse para siempre. Cuando la mar estuvo en calma, pude verlo hecho un ovillo en el fondo de limpia y luminosa arena, en la sombra que proyectaba el casco de la goleta. A veces el temblor de una ola provocaba la ilusión de un movimiento, como si intentara levantarse. Pero estaba bien muerto, con dos disparos y, además, ahogado, y ya no era más que comida para los peces, como yo lo hubiera sido. Empecé a sentirme mareado, desfallecido y sobrecogido por el miedo. Noté cómo la sangre caliente me corría por la espalda y el pecho. El cuchillo que me sujetaba por el hombro al...
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