Ana Karenina VI: Capítulo XXI
Ana KareninaSexta parte: Capítulo XXI de León Tolstoi –No. Pienso que la Princesa está cansada y que los caballos no le interesan ––dijo Vronsky a Ana, que propuso ir a las cuadras, pues Sviajsky quería ver el nuevo patio allí habilitado–. Vayan ustedes y yo acompañaré a casa a la Princesa. Así charlaremos por el camino. Digo, si quiere usted –consultó a Dolly. –No entiendo nada de caballos y con mucho gusto iré con usted –contestó Dolly algo sorprendida porque, por el rostro de Vronsky y su tono, adivinó que quería algo de ella. No se equivocó. Apenas entraron en el jardín, después de haber atravesado la verja, Vronsky miró hacia donde se habían ido Ana y Sviajsky y, seguro de que aquéllos no podían oírle ni verles, le dijo sonriendo y con mirar animado: –Habrá usted adivinado ya que quería hablar con Vd. reservadamente. No creo equivocarme pensando que es usted una verdadera amiga de Ana. Se quitó el sombrero y se secó, con el pañuelo,...
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