Ana Karenina V: Capítulo XV
Ana KareninaQuinta parte: Capítulo XV de León Tolstoi Habían vuelto hacía poco de Moscú y estaban satisfechos de su soledad. El, sentado ante el escritorio de su gabinete, escribía. Ella, con el vestido color lila que llevaba en los primeros días de su matrimonio, el vestido que Levin recordaba y quería especialmente, se hallaba sentada bordando en el diván de cuero que había estado siempre en el despacho del padre y el abuelo de Levin, y trabajaba en una labor de broderie anglaise. Levin pensaba y escribía, sin dejar de sentir la presencia de su mujer. Los trabajos de su hacienda y la obra en que debía exponer su nuevo modo de dirigir las fincas, no habían quedado olvidados. Pero así como antes tales ideas y ocupaciones le parecían insignificantes en comparación a la oscuridad que rodeaba la vida, ahora le parecían secundarias y mínimas en comparación a la vida que le esperaba inundada de radiante luz. Continuando sus trabajos, notaba que el centro de gravedad...
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