Ana Karenina II: Capítulo XX
Ana KareninaSegunda parte: Capítulo XX de León Tolstoi Vronsky ocupaba en el campamento una isba finesa, muy limpia y dividida en dos departamentos. En el campamento, Petrizky vivía también con él. Cuando Vronsky y Yachvin entraron, Petrizky dormía aún. –Levántate; ya has dormido bastante –dijo Yachvin pasando al otro lado del tabique y sacudiendo por los hombros al desgreñado Petrizky, que dormía con la cabeza hundida en la almohada. Petrizky se incorporó bruscamente sobre las rodillas y miró a su alrededor. –Ha estado aquí tu hermano –dijo a Vronsky–. Me despertó. ¡El diablo le lleve! Ha dicho que volvería. Y atrayendo otra vez la manta hacia sí, apoyó la cabeza en la almohada. –Déjame en paz, Yachvin –dijo a éste, que insistía en tirar de la manta–. Déjame... –dio media vuelta y abrió los ojos–. Y si no, vale más que digas esto: ¿qué me convendría beber ahora? Tengo en la boca un sabor tan malo que... –Lo mejor será beber...
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